El territorio metropolitano de Barcelona, con una superficie de 636 km2 y más de 3,2 millones de personas, es una de las áreas metropolitanas más grandes de Europa y tiene un peso importante en el Mediterráneo. Las ciudades metropolitanas suelen tener una serie de características (elevada densidad residencial, viviendas envejecidos, déficit de espacios verdes, etc.) que afectan negativamente sus condiciones ambientales.
Planificar ciudades y entornos urbanos más sostenibles y respetuosos con el entorno implica considerar especialmente las zonas y los colectivos más vulnerables, ya que las desigualdades que ya sufren también los hacen más vulnerables al cambio climático.
ACTUACIONES CLAVE
- Proteger y potenciar los beneficios que aportan los ecosistemas para hacer ciudades más saludables y agradables (ciudades más verdes y tranquilas, mantenimiento y gestión de zonas agrícolas y forestales, presencia de agua, etc.).
- Velar porque los proyectos de reforma o rehabilitación y otros tipos de intervenciones sean oportunidades para mejorar las ciudades -tanto los espacios públicos como los hogares-, para que se conviertan poblaciones más frescas y menos vulnerables a los veranos más largos y más calurosos; en definitiva, para que se conviertan ciudades más saludables.
- Avanzar hacia ciudades metropolitanas más adaptadas: más naturalizadas, con espacios frescos y con una estrategia de rehabilitación de los edificios que integre criterios energéticos.
Un territorio adaptado y saludable
El Plan director urbanístico (PDU) dibuja cómo será el área metropolitana del presente y del futuro:
- Se definirá el sistema vertebrador del agua formado por los ríos, arroyos, riachuelos, etc.
- Se delimitarán los espacios más óptimos para generar energías renovables y así facilitar, mediante el urbanismo, un modelo energético metropolitano más descentralizado.
- Se mejorará la habitabilidad, la calidad ambiental, el uso racional del agua y el aprovechamiento de energías renovables, y se fomentará la rehabilitación de edificios y la renovación urbana.
Refugis climàtics
La emergencia climática requiere empezar a actuar ya con medidas urgentes. Por ello, la AMB y los ayuntamientos metropolitanos han comenzado a desarrollar una red de «refugios climáticos», para gestionar los episodios de calor y de frío y hacer frente a las temperaturas extremas, que conllevan un aumento de la mortalidad, sobre todo de las personas más vulnerables. Los refugios climáticos permiten que espacios polivalentes ya existentes como centros, bibliotecas, parques, etc. ofrezcan confort, agua y áreas de descanso a la población más vulnerable.