Reducir las emisiones generadas por el tráfico rodado, principal emisor de contaminantes a la atmósfera, es uno de los retos más relevantes de la emergencia climática.

La disminución drástica del vehículo privado depende en gran medida del impulso del vehículo eléctrico, pero también de un cambio hacia una movilidad más saludable e incluso activa, con el transporte público

y la bicicleta vinculados al refuerzo de las zonas de bajas emisiones. Pero las grandes infraestructuras como el puerto y el aeropuerto también tienen un rol destacado en la modernización y racionalización del tráfico de mercancías y personas para reducir emisiones y proteger nuestra salud.

ACTUACIONES CLAVE

El PMMU (Plan metropolitano de movilidad urbana) y otros planes de ámbito metropolitano proponen:

• Mejorar el transporte público entre los municipios metropolitanos sin tener que pasar por Barcelona, aumentando la oferta de bus interurbano, facilitando la intermodalidad, etc.
• Reforzar la red ferroviaria con nuevas líneas y más interconexiones (impulso de un sistema menos radial) y completar la red de tranvías.
• Evitar los desplazamientos innecesarios, equilibrando la oferta de puestos de trabajo – lugares de residencia y promocionando el teletrabajo y otras herramientas como las teleconferencias.
• Mejorar el sistema logístico de transporte de mercancías.

La reducción del impacto del puerto y el aeropuerto

El puerto y el aeropuerto emiten cuatro veces más CO2 que el total de la ciudad de Barcelona.

Entre las actuaciones que se promoverán destacan reducir las emisiones e impulsar sistemas de generación de energías renovables en estos dos espacios, acelerar la construcción de accesos ferroviarios al puerto, potenciar el uso de modos ferroviarios en el aeropuerto, estudiar la eliminación los vuelos cortos que tengan alternativa en el tren y hacer una electrificación progresiva de ambas infraestructuras.